lunes, 4 de julio de 2011

monografia equidad de genero

DEDICATORIA

Lo más importante en este trabajo es lo distinto que puede verse a los padres desde esta perspectiva. Estoy convencido de que muchas cosas en nosotros cambiaran solamente cuando nosotros los jóvenes nos atrevamos a perseguir nuestros anhelos con mucha fe y coraje. Para que seamos libres y que todas las mujeres y hombres tenemos los mismos derechos para decidir lo correcto y luchar por la equidad de género igualdad para todos

AGRADECIMIENTO

Agradezco a dios por darme la vida y la salud, a mis padres por apoyarme en mis estudios y lograr mis sueños, y a mis profesores por brindarnos sus conocimientos, en especial, agradezco al profesor del curso Alex Hernández Torres.

RESUMEN:

El presente trabajo es un acercamiento al concepto de género, sus antecedentes históricos. Además permite reflexionar a partir de criterios y posiciones de dos personalidades de la cultura y la ciencia  con respecto a la igualdad de género. El enfoque de equidad de género se define como la igualdad de oportunidades para todos los hombres y todas las mujeres, en todos los ámbitos; independientemente de sus características o condiciones objetivas y subjetivas: sexo, edad, clase social, etnia, entre otras. Es obvio que desde que nacen, mujeres y hombres, presentan diferencias. El problema es que a esas diferencias, la sociedad les asigna valoraciones distintas. De aquí, la necesidad de aclarar la confusión entre el sexo establecido desde que nacemos (características biológicas y fisiológicas), y el género que elabora distintos significados al hecho de ser mujer u hombre. Si bien el sexo alude a diferencias biológicas y fisiológicas, las cuales son congénitas y universales, el género explica cómo, a partir de esas diferencias físicas y anatómicas-naturales- se construyen ideas, prácticas, normas, conceptos y valores culturales distintos acerca del ser mujer u hombre.


CAPÍTULO I
a)    Cultura y equidad de género/realidad de vivienda:

b)    ¿Qué problemas trae como consecuencia en nuestra cultura la equidad de género por vivienda en nuestra realidad?

c)    Objetivo general:
El objetivo de este trabajo se centran fundamentalmente en realizar una revisión histórico- conceptual sobre género y reflexionar a partir de criterios y posiciones de personalidades cubanas con respecto al tema de la igualdad de género, haciendo énfasis en el acceso de las mujeres a cargos de dirección.

d)    Justificación:
El motivo por el cual hago este trabajo es porque no quiero que siga la desigualdad, equidad de género (machismo) en algunas familias  por diferentes razones ya sea económica, social, religiosa, cultural y por género. Porque esto nos lleva a no salir de la pobreza, de la violencia familiar, del analfabetismo por que todo ser humano tiene derecho a ser independiente ser libre y a la igualdad para todos.

CAPITULO II
A)   MARCO LEGAL:
En el marco del Artículo 4o. de la Constitución Política de la República Mexicana se establece la plena igualdad jurídica del hombre y de la mujer. Asimismo, en el Artículo 15 de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente se señala que “las mujeres cumplen una importante función en la protección, preservación y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales y en el desarrollo. Su completa participación es esencial para lograr el desarrollo sustentable”.
Consecuentemente, el Plan Nacional de Desarrollo 1995 - 2000 señala como una prioridad de la política social, “promover la plena y efectiva participación de la mujer en la vida económica, social, política y cultural del país, lo que debe contribuir a consolidar las condiciones para que tome parte en las decisiones, responsabilidades y beneficios del desarrollo, en igualdad de condiciones con el varón”.
Un instrumento de la política nacional con carácter obligatorio para las dependencias federales es el Programa Nacional de la Mujer 1995 - 2000 Alianza para la Igualdad, el cual promueve “estrategias que persiguen cambios no sólo de índole material, sino también transformaciones en las actitudes, creencias, prácticas y conductas de hombres y mujeres, que posibiliten el fortalecimiento de una cultura de la igualdad que, al preservar lo mejor de nuestros valores y tradiciones, sea también fuente de renovación permanente de relaciones sociales e interpersonales más equitativas e igualitarias”.

b) MARCO REFERENCIAL: En cualquier país del mundo las mujeres se encuentran en una posición de desventaja en relación con los hombres. Esta realidad ya no es objeto de discusión y generalmente se acepta la idea de que es necesario tomar medidas para avanzar en la igualdad de las mujeres. Esta cuestión es un componente central del cambio de valores en las sociedades postindustriales, pero ofrece amplios contrastes en algunos contextos, marcados por el nivel de desarrollo o por influencias religiosas en las normas sociales. La igualdad entre los sexos o los derechos de las mujeres es el aspecto que más separa los puntos de vista, mucho más que la aceptación o no de la democracia, la libertad religiosa, o la justicia, como pone de manifiesto el análisis de Morris e Inglehart. Sin embargo, en ningún lugar de nuestro planeta debe considerarse legítimo rechazar la igualdad de la especie humana en razón de su sexo biológico.
Hablar de género es hablar de las dos caras de una moneda, de que las expectativas sobre las mujeres sólo se entienden en relación con las expectativas sobre los hombres; el género es de carácter relacional e implica poder. El conjunto de personas que ejercen de representantes políticos como parlamentarios en todo el mundo (considerando los sistemas unicamerales y la cámara baja en los bicamerales) suman un total de 37.159 personas, y de ellas 6.421 son mujeres. A la vista de estos datos no es necesario decir que las restantes 29.952 personas son hombres (no figura el sexo de 786 representantes), no ancianos, o desempleados, o ingenieros, o parte de cualquier otra categoría social. En relación con la igualdad de género carece de sentido hablar de las mujeres como una minoría o un grupo oprimido, comparable a otros grupos oprimidos, y argumentar que si se introducen medidas para incorporar más mujeres a la toma de decisiones otros pueden pedir lo mismo, como los ancianos, los discapacitados, los desempleados, etc. Es obvio que la desigualdad de género atraviesa cualquier otra forma de desigualdad porque todos los grupos humanos están formados por hombres y mujeres, y de igual modo las mujeres también forman parte de grupos con poder e incluso opresores. La asimetría de género en todos ellos nos enseña los problemas a resolver.
No es necesario recordar aquí alguna de las múltiples definiciones del concepto género, que supone identificar normas, valores, símbolos, etc. que construyen en cada sociedad y época la normatividad de lo masculino y lo femenino, que incluye especificidades en relación con el ciclo de vida de las personas y, por supuesto, en relación con la clase social, etnia, religión, cultura, etc. Las relaciones de género son relaciones básicas de poder que pueden ser analizadas en las diferentes estructuras en las que operan: familia, trabajo remunerado, política, sexualidad, cultura, violencia masculina (S.Walby 1990). Entender que la jerarquización de los sexos se expresa no en una sola estructura (patriarcal) sino en varias, permite constatar cómo es posible avanzar hacia relaciones más igualitarias en un ámbito, al tiempo que en otros no se producen cambios o incluso se dan retrocesos.





C) MARCO TEORICO
DESARROLLO
Cultura y equidad de género/realidad de vivienda

A pesar de ciertos resultados y los logros registrados en la lucha contra la pobreza en la última década, los esfuerzos dirigidos a poner fin a la marginalización económica, a las prácticas no democráticas, a los conflictos y a la sobreexplotación de los recursos naturales no logran reducir las inequidades entre ricos y pobres. En este contexto, las inequidades entre mujeres y hombres persisten y crecen, siendo la discriminación por género la forma de exclusión más común a nivel mundial.
La desigualdad en términos de relaciones de poder o de participación en la toma de decisiones es una de las causas estructurales de la inestabilidad política y social que generan la pobreza. Hoy más que nunca las inequidades de género contribuirían a instaurar mayor justicia social y un desarrollo sostenible.
Desde el inicio de los años 70, se ha reforzado el movimiento internacional de las mujeres, dando énfasis a la promoción de la equidad y al acceso de las mujeres a la salud, a la educación, a la participación política local y a los ingresos. Después de la Conferencia Mundial sobre la Mujer de 1995 en Beijing, agencias internacionales, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales han desarrollado estrategias para incrementar la concientización y la capacitación en género entre los actores, y han movilizado recursos para institucionalizar la lucha contra las inequidades de género. Estas estrategias son monitoreadas tanto a nivel nacional como internacional.
La equidad de género es un derecho humano. Las inequidades estructurales y las relaciones desiguales de poder hacen que las mujeres y los hombres no gocen de los mismos derechos socioeconómicos y políticos. La promoción de derechos iguales para mujeres y hombres no pretende imponer un modelo universal de relaciones de género, común a todas las sociedades y culturas. Su objetivo es simplemente permitir tanto a las mujeres como a los hombres definir la equidad de género a la que aspiran en sus contextos particulares.

UNA REALIDAD DE DESIGUALDADES
En los campos de la ciencia y la técnica las desigualdades actuales no la mayoría  son por concepto de género. El acceso a carreras científicas es por igual para hombres y mujeres, sin embargo, al ingresar a su vida profesional las muchachas sufren un retraso en su formación académica, durante su período de maternidad, lactancia, criar hijos pequeños, el resto de la carga familiar, etc.
En algunos casos los indicadores muestran que las muchachas son mejores alumnas en la enseñanza secundaria y universitaria, tienen índices académicos mejores.
Peroi hay razones de equidad de género por razones económicas, sociales, culturales, religiosas y por el género.
Hasta el año 1990 habíamos conquistado muchos espacios, pero en los últimos 10 años hemos tenido que enfrentar grandes dificultades de índole material que nos han obligado a hacer un esfuerzo extraordinario para mantenernos activas y actualizadas en los ámbitos de la ciencia y la técnica. De todas maneras las mujeres seguimos avanzando cada vez más, respaldadas por una voluntad política que desde los mismos comienzos del Triunfo de la Revolución comprendió que un cambio profundo en la sociedad no era posible sin la incorporación de la mujer a todas las esferas de la vida socioeconómica.

GENERO: UNA CONSTITUCIÓN SOCIAL

Diferencia entre sexo y género Sexo: es clasificar de los hombres y mujeres Según sus características. Género: se basa en la creencia, costumbres Sociales y culturales
Asignación de subsidio para asistir a un congreso en el exterior; los 2 primeros candidatos son una investigadora embarazada y un varón con iguales credenciales académicas y profesionales


EQUIDAD DE GÉNERO Y DESARROLLO HUMANO
La incorporación de metodologías de género en las prácticas del desarrollo incrementa la relevancia, la eficacia, el impacto y la equidad de los proyectos. Centrados en la reducción de las inequidades e injusticias sociales, un análisis y una planificación sensibles a los aspectos de género incitan a las organizaciones a desarrollar una visión de cambio y a crear las condiciones, métodos y competencias para lograrlo. De esa manera, se promueven valores de calidad y equidad en su cultura organizacional.
En nuestro país son varios los ejemplos que muestran a lo largo de la historia la participación de la mujer en las distintas esferas de la vida socioeconómica y política. . También en la lucha por la independencia, no hay un solo hombre grande que no tenga junto a él a una gran mujer. O no hay una gran mujer que no tenga a su lado a un gran hombre.
OBSTACULOS PARA LA EQUIDAD
1.    La pobreza: Históricamente la diferencia entre el género humano ha sido marcada fuertemente, desde el inicio de la vida social, económica y política. Desde aquel entonces, la mujer no tenía derecho a ni a ser escuchada, ni a opinar, ni mucho menos a elegir su papel en la familia o  en la sociedad, pues existía una división de trabajo muy diferenciada; el hombre se dedicaba al trabajo y la mujer al cuidado de la casa y de la familia.
Esta forma de vida ha sido infundida a través de las diferentes generaciones, sin embargo poco a poco las mujeres han demostrado tener la suficiente capacidad de actuar en la vida social y económica, logrando excelentes resultados, derivados de la toma de decisiones en el sector político, en las entidades económicas  y en los importantes aportes en la ciencia y tecnología.
2.    La violencia: En el caso de las mujeres la violencia de pareja tiene una importancia especial tanto por su frecuencia como por la carga de enfermedad que provoca. De acuerdo con el Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud de la Organización Mundial de la Salud, a partir de 48 encuestas realizadas en diversos países, se encontró que entre 10 y 69% de las mujeres encuestadas mencionaron haber sido agredidas físicamente por su pareja en algún momento de sus vidas.

La violencia familiar se reconoce también como un problema de salud pública, de derechos humanos, de justicia social, como un delito y además se acepta que se trata de un problema de gran magnitud que incluye la violencia psicológica, física, sexual y económica.
3.    División sexual del trabajo: Consiste en reconocer y valorizar todo el trabajo realizado en una comunidad, tanto productivo, reproductivo como comunitario, así como identificar quiénes (hombres, mujeres, niñas y niños) lo tienen a su cargo. Son los diferentes roles de trabajo intelectual y material entre hombres y mujeres, determinados por las leyes, normas y reglas vigentes en una sociedad. Alude a la atribución diferencial que se hace convencionalmente de capacidades y destrezas a hombres y mujeres y consecuentemente, a la distribución de distintas tareas y responsabilidades en la vida social. Por ejemplo, suele asignarse al hombre el rol de "proveedor" de familia y a la mujer, el de "reproductora", responsable del hogar y la crianza de los hijos. La división del trabajo por género es específica de cada cultura y época en particular. Puede aún variar de una comunidad a otra. Es flexible y se puede adaptar a las condiciones cambiantes del hogar (enfermedad o ausencia de un miembro clave, cambios en el ingreso económico, o necesidad de dinero), de los recursos naturales, de la influencia de un proyecto de desarrollo local, de los efectos de la educación, y otras causas.
Las visiones dominantes en el análisis económico resultan incompletas y sesgadas cuando se las interroga desde la mirada de la igualdad entre mujeres y hombres. Esto deriva de la incapacidad de las perspectivas teóricas más difundidas para dar cuenta del rol que le cabe en el funcionamiento del sistema económico a las relaciones de género. El propio estudio de la cuestión del desarrollo, y de las estrategias competitivas de las economías nacionales, no escapa a esta consideración.
 El Perú se encuentra lejos de lograr la equidad entre hombres y mujeres, ni en las leyes y menos en la práctica. Por ello consideramos que la incorporación del enfoque de género es fundamental para lograr un desarrollo humano sostenible, equitativo e incluyente.
TOMAR CONCIENCIA DE LA EQUIDAD
 
No tomar en cuenta la equidad de género en la construcción de la equidad social hace de esta una tarea más difícil y costosa. En consecuencia, se requieren políticas de redistribución que eliminen la explotación y pobreza específica de las desigualdades económicas y la abolición de la división de trabajo según género, así como políticas de reconocimiento dirigidas a cambiar las valoraciones culturales que privilegian la masculinidad y niegan igual respeto a las mujeres.
 
Lograr la equidad pasa por el esfuerzo de corregir exclusiones que han hecho de los hombres urbanos, pertenecientes a los sectores socioeconómicos medios y altos, los portavoces casi únicos de la población.
 
Sobre esta base y tomando en cuenta la Constitución Política del Perú, las normas legales vigentes y la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la mujer, se desarrolla la presente propuesta como insumo para las organizaciones políticas en su trabajo de formulación de planes de gobierno.

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